!Hijitos Míos!

¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos. ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad? Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros tengáis celo por ellos. Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros. Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros, quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros.” Gálatas 4:15-20

El ser humano por naturaleza, mejor dicho por la naturaleza caída heredada, muchas veces cuando cree tener la razón en algo o por alguien, se cierra herméticamente, al punto de que sea quien sea que venga a decir una verdad que contradiga mi cultura, lo rechazo inmediatamente sin darse siquiera a sí mismo, la oportunidad de investigar si lo dicho es cierto o no, también sucede que descartamos a las personas que por mucho tiempo pensaron igual que yo, pero en algún momento Dios les abrió los ojos espirituales y comenzaron a conocer la verdad y al compartirla contigo significa el fin de la amistad, olvidamos que Dios advirtió que el pueblo perece por falta de conocimiento.

Algo similar vivió el apóstol Pablo con los Gálatas, ellos tenían una muy buena relación, que comenzó a deteriorarse cuando les comenzó a predicar la verdad, un factor determinante fue que ellos comenzaron a oír a otros que estaban en contra de lo que Pablo predicaba, cuántas veces hemos sido testigos de que siempre llegan a tu casa personas que en lugar de edificarte lo que hacen es alejarte de los principios de Dios?, por tal motivo debes estar velando en todo tiempo sobre las personas que te rodean, debes pedirle al Espíritu Santo que te dé el maravilloso don del discernimiento de espíritu, que a opinión personal, para mi es el más importante de todos.

Ahora bien, el apóstol no les recrimino ni inicio una contienda con ellos por sus cambios, al contrario fíjate lo que les dice: ¡Hijitos míos! "Mientras que ustedes no lleguen a ser como Cristo, yo sufriré por cada uno de ustedes como sufre una madre los dolores de parto." tan grande era el amor de este hombre por el prójimo que aunque lo trataran mal el sufría porque sus almas se estaban perdiendo.

Ese debe ser nuestra meta al llegar al evangelio, el mismo lo dijo que seamos imitadores de él, así como él es imitador de Cristo, no confundas esto con idolatría, son dos cosas diferentes, ¿Cuánto te duele la condición actual de tu prójimo? ¿Estas cumpliendo a cabalidad el mandamiento de Jesús? ¿Es tu voluntad o la voluntad de Dios que impera dentro de ti? Amados hermanos, desarrollemos la mente y el carácter de Cristo en nosotros y solo cuando logremos hacerlo los cambios serán notorios.

Que Adonai Bendiga tu vida...

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